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viernes, 28 de diciembre de 2018

Mi nuevo árbol de Navidad


A mi me gusta la Navidad y me gusta decorar la casa y poner el belén y el árbol... Pero el año pasado nuestra pareja de gatos vivió su primera Navidad. Antes habíamos tenido otro que nunca le hizo mucho caso a los adornos. Como mucho, le daba con la patita a alguna bola, poca cosa. Pero estos, desde que subí las cajas de los cachivaches navideños, demostraron ganas de juerga. Y cuando llegó el árbol... ¡¡fiesta!! quitaron adornos, cintas, se subieron a las ramas, las mordieron... el pobrecito quedó hecho una filfa, aquí la prueba.


Así que despues de ver un montón de árboles navideños de madera (aquí o aquí), decidí hacer el mío. Cogí maderas que tenía por casa (nos gustan los inventos) y corté con el cúter (la madera de balsa u ocumen es muy blandita y se corta bien teniendo cuidado). 



Elegi un color aguamarina que pinté sin cubrir del todo, haciendo efecto desgastado, y en blanco roto puse las letras y las estrellas usando una plantilla de estarcido.








La primera idea era hacer el árbol colgante, sujetando cada parte con un hilo fuerte. Pero no era fácil mantener el árbol en su sitio así. Ademas, los gatos podían morderlo y resulta que la pared donde quería ponerlo, es maestra y de hormigón, no hay forma de meter un taco.

Así que un día en el chino vi unos tablones de madera de cierto grosor y de la largura adecuada y decidí montar las maderas sobre él. Unos toques de grapadora y ¡listo!






De momento ahí está, los gatos curiosean pero ni se han afilado la uñas, ni han mordido ni lo han tirado. Sigo la moda navideña de los árboles de madera, lo he hecho con mis manos y queda de lo más molón. ¡¡Reto conseguido!!





miércoles, 26 de diciembre de 2018

Chanel torera

Se acaba el mes, se acaba el año y aquí presento una de mis últimas costuras... En realidad, la tengo hecha desde octubre, aproveché el comienzo del curso de costura para hacerla. 


Es una torera que vi en la revista Patrones 371, la revista a la que más provecho he sacado nunca (este es el cuarto modelo que hago, tras este y este y el propio vestido que aparece con la torera pero que no lo he publicado). Busqué una tela similar, pero no encontré nada que me convenciera y/o tuviera un precio aceptable. Mirando en la web online de Rafael Matías, vi unas ofertas de tela chanel que me llamaron la atención. Aunque no es mi tipo de tela favorita, tras pensarlo cogí una de tono beige, que hace como rayas con la forma del tejido. Al final, de alguna manera, el modelo que me gustaba era una especie de Chanel modernizado. 


La chaqueta está equilibrada, aunque en la foto la puse de pena,
con los lados uno más alto que el otro.
Cuando saqué el patrón de la revista, me di cuenta de que era muy parecido a uno que ya tenía y que ya me había hecho una chaqueta de verano, la chaqueta rara (esta). 




Básicamente es igual salvo que este tenía unos pequeños bolsillos delanteros. Así que como el otro patrón ya lo tenía probado y ajustado, fue el que utilizamos para hacer la prenda.



La tela se deshilachaba muchísimo, agoté el carrete sobrehilando los bordes. Por lo demás, poquito a poquito fue cogiendo forma. En una mercería del pueblo que tiene un gran surtido de puntillas y entredoses, busqué y elegí la cinta decorativa y el fleco. La cinta se la cosí a mano. Como forro le puse una tela de batista, creo, en color al tono. 





No fue muy difícil de coser, teniendo en cuenta que mi profesora me va dando los pasos para ir haciéndola. Lo peor, poner las mangas, siempre me armo un lío, cambio la de la izquierda a la derecha y me cuesta coserla y que quede bien... pero bueno, poco a poco iré aprendiendo.

La verdad es que con el tiempo que estamos teniendo este invierno, no descarto sacarla para salir un ratito en Nochevieja... y eso que era chaquetita de entretiempo.




Como curiosidad, el vestido que saca la modelo, también lo tengo hecho, uno de mis preferidos del verano.

Con esta entrada, participo en el Mimi de Malas Costureras, el de Diciembre, con sorteo fin de año incluido. 

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Arbolitos de patchwork loco




La navidad ya se huele, ya está a la vuelta de la esquina y yo, sí, yo, soy muy navideña. Siempre lo he sido y desde que tuve a mi chaval, más. Ahora ya es más mayorcito, pero nos gusta poner adornos, el belén, el árbol (aunque el año pasado quedó muy perjudicado por nuestros mininos...). Y aunque siempre tengo más proyectos e idea que tiempo, me gusta hacer adornos a mano. Tenía guardado en favoritos una propuesta del blog de Anna Caljoan, el de unos arbolitos hechos con un patchwork anárquico, corte por aquí, cosido, corte por allá... Me gustó mucho la propuesta y tenía unos retales que le iban perfectos al proyecto. Así que... ¡¡manos a la obra!!






La realización está muy bien explicada en el blog, con muchas fotos, así que no hay más que seguirlo. Yo le puse una tirita arriba para poder colgarlos mejor. 

Con este proyecto me animo a participar en el Retaluve, la propuesta de Verónica, del blog Uve Original, una costurera con una web de venta de bolsos superchulos, que propone reutilizar todos estos retalillos que nos van quedando en regalos para estas fechas.




miércoles, 28 de noviembre de 2018

Bolso "doblado"

Me encantan los bolsos. Y me encanta hacer bolsos. Uno de los que estoy usando más ahora, es un bolsito para el que usé una tela bastante especial: un mantelito que compré en el Tiger. Un día que estaba echando un ojo a esta tienda (me encanta revolver entre las muchas cosas que tienen) vi un pequeño individual con un estampado negro y gris que me gustó y rápidamente pensé que quedaría chulo en un bolso. 




Busqué entre las muchas páginas web que tengo recogidas y cuando vi este bolso, se me encendió la bombilla: lo quería así.


Bolso publicado en la página Icandy Handmade.
Por la otra parte le puse un trozo de polipiel negra que tenía en casa. Por dentro, de forro, una tela roja de patchwork que había comprado cuando cerró una tienda de lanas y labores del pueblo. La cremallera es reciclada de un bolso viejo y la tira del bolso la compré en una tiendita de complementos llamada Kuenta Kuentak




No es muy complicado de hacer, pero por no estar atenta tiene varios fallos que seguramente solo me importan a mi, pero bueno: 

El bolsillo interior que siempre le pongo a los bolsos me ha quedado en el lado digamos de fuera, no el que se apoya en el cuerpo, si no en el otro. Estoy acostumbrada a que estén en el otro lado y a la hora de buscar las llaves que suelo meter allí, me despista.

El segundo incoveniente es más estético... creo que quedaría mejor si al cerrar la cremallera, el carro quedase en el lado más largo, como colgando, y me quedó en el lado corto.




Y un tercer fallo, ya lo solucioné. Como la tela del mantel y la polipiel eran gorditas, pensé que servia y no entretelé el bolso. El resultado es que quedaba un bolso fofo y que no se sujetaba, se doblaba demasiado, no tenía cuerpo. Así que lo deshice y le metí un tejido que usaba como protector de la mesa bajo el mantel y eso sirvió para que quedase como yo lo veía en mi cabeza.



Es un bolsito mono, no muy grande, para salir sin llevar demasiadas cosas, sin que abulte mucho. Seguramente repetiré más adelante un modelo similar, arreglando los errores que le veo a este.


Otras ideas similares que me inspiraron:

- Icandy Handmade
- Tatertots and Jello
- Handmadiya 
- Grinsestern shine on

Con esta entrada participo en el Mimi de Malas Costureras de hoy.

martes, 6 de noviembre de 2018

Conjunto para bebé



Me gusta mucho hacer prendas para bebé. Son pequeñas, bonitas y me encanta regalar algo que ha salido de mis manos. El conjunto que traigo hoy tiene una parte de apuesta segura y otra de prueba: la chaquetita es un modelo que ya he hecho varias veces y el pantaloncito es una prueba que me apetecía hacer.


La prenda de arriba, la chaquetita es un modelo de Muestras y Motivos, una revista clásica en mi casa. Mi madre tenía toda una colección de este título dedicado al ganchillo, a cortinas, colchas, tapetes, manteles... también tenía unas cuantas de las especiales de ropa de bebé y yo también las compré en su día porque son un clásico intemporal. De una de ellas saqué esta chaqueta que hice por primera vez, hace ya unos añitos (aquí la referencia). Las explicaciones son un tanto farragosas, pero si despejas la cabeza y vas leyendo y entendiendo poco a poco, no es difícil. En el Blog de Molan mis calcetas explicaban su realización paso a paso, vuelta a vuelta y también en el blog Labores de siempre, de una compañera tejedora de otros foros, Lusi, también venía bien explicado.



La lana es un resto de katia merino que tenía en la bolsa de lanas. Como no llegaba para toda la chaqueta (el punto bobo come mucha lana), busqué otro resto en un tono más claro y lo combiné. Así me quito madejitas que van quedándome y además, creo que le ha dado un toque diferente a la prenda.


Pensaba acompañar la chaquetita con unas polainas, como las que yo le ponía a mi hijo cuando era chiquitín, pero en la tienda no tenían y cogí unos leotardos, que no se pueden poner tal cual, necesitan un culetín. Así que busqué un pantaloncito y encontré este modelo que saqué de Oh, mother mine!. La tela es una franela muy finita que compré en la tienda del pueblo, en Galerías Santurce. Es bastante sencillo de coser, aunque la pieza de las gomas de las piernas me dio algún problema cuya solución es mejorable. 



Un conjunto muy mono y formal, espero que a la amatxu y al aitatxo le guste y se lo pongan mucho.




miércoles, 31 de octubre de 2018

Calcetines

Para todos las que tejemos, los calcetines son un punto y aparte. Amados y temidos, enfrentarse a unos calcetines es de nota. Aunque hay atrevidas que al poco de coger las agujas se animan con ellos, normalmente es una pieza que da un poco de respeto. Son prendas pequeñas que necesitan habilidad manual, tienen muchas curvas, se tienen que adaptar a una parte del cuerpo sinuosa como es el pie, necesitas agujas especiales (no es imprescindible pero ayuda)... vamos, que intimidan. Así que aunque yo tejo desde hace mucho tiempo, tardé en atreverme con los calcetines. Y eso que me encantan, siempre llevo calcetines de colorines, de muñequitos, rayas...



La experiencia ha sido variada. Hace un par de años hice estos calcetines con una lana de Opal monísima que había comprado en Creativa Bilbao. 




Pero el resultado..... mmmmmm, no me gustó del todo. Los calcetines son muy calentitos, pero la forma no se ajustaba bien al pie, quedaron muy grandes... no me convencieron del todo.



Pero yo insistía. Tenía varias lanas de calcetines y quería buscar otro sistema de hacer calcetines básicos, antes de pasar a maravillas como estas que se ven cada año en el Swapentines, un intercambio que se hace entre tejedoras con modelos maravillosos...  


Foto Google.
Fui acumulando patrones y tutoriales y por causalidad di con un blog de estos muy blancos y monos, el de Creamarie, que ponía en marcha un Kal para hacer los calcetines. Y estos sí que sí. El sistema es universal, es decir, te mides el pie y adaptas el calcetín a tus medidas. Las explicaciones están muy claras con videos explicativos. No sé, tal vez me pilló en el momento adecuado pero por una vez conseguí dos cosas: seguir un tejijuntas al tiempo y tejer los calcetines y entender el proceso.





El resultado son unos calcetines básicos cómodos, que se ajustan, muy calentitos, estupendos para el invierno. La lana, por cierto, la cogí en el Aldi, el supermercado, en una promoción que sacaron con un kit de "hazte tus propios calcetines".



No sé si el curso está accesible en abierto porque nos iba mandando las lecciones por email a las que estábamos apuntadas y tenía un grupo de facebook cerrado para seguir los avances, pero ya digo que para mi ha sido el mejor de todos los que he probado.

Todavía me quedan más lanas de calcetines (más de las debidas, jaja) y mi idea es hacer alguno más, para mi y para el resto de la family e incluso lanzarme con algún otro diseño de fantasía que tanto me gusta ver en la red.

Y aunque lo de hoy no es costura, como es una prenda salida de mis manos y hecha para mi, me apunto al Mimi de Malas Costureras de hoy, el último de octubre.