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jueves, 30 de diciembre de 2021

Rudolph, el reno

Termino el año en el blog de mis cosas con un sabor muyyy navideño: mi reno Rudolph (original a tope con el nombre, yeahhhhhhh!!!)


Mi amiga Afri (aquí su blog, Meu Rinconcinho), tejeamiga desde hace años, me propuso hacer una especie de tejejuntas de algún amigurumi navideño. Ella misma estuvo buscando y a través de Pinterest encontramos un par de muñecos que nos gustaban. 


Al final yo me decidí por el Reno Rudolph de la tejedora rusa Mary Ustyushkina y ella hizo un Max mix entre este y otro llamado Reno Ralph.


El muñeco mide unos 50 cm de cuernos a pies y para tejerlo he usado un algodón de Hilaturas LM @hilaturaslm , el Cotton Nature, que me ha gustado mucho al tejerlo y la textura que tiene. 

Lo he tejido a doble hebra, he gastado 120 gr del color más claro, 15 gr del marrón oscuro para los cuernos y el rojo ha sido un cono de hace mil años de los de herencia de mi madre.



El algodón lo cogí en una mercería de Las Arenas, Blonda que tienen un montón de cosas para hacer amigurumis. También cogí allí los ojos, pero ¡¡ostras!! me han costado un riñón, 1,40 cada ojo... me parece un tanto exagerado, la verdad... pero bueno, todo sea por Rudolph (y porque no quería pedirlos online y por aquí no tengo muchas más tiendas con ese producto).





Lo he tejido con aguja de 3mm de Dama, de las de herencia materna... que creo que corresponde a 1,75 mm... no sé, me hago un poco lío con esto.

Las explicaciones están en inglés, aunque se entienden bastante bien y con la ayuda del traductor, sin problema. Sin problema... o eso creía. 

Mi Rudolph y el suyo, la verdad, se parecen de cuello para abajo, pero en la cabeza, como un huevo a una castaña.... no sé qué pasó, yo creo que seguí bien las instrucciones, pero no lo veía, no me cuadraba con sus fotos... así que tiré por la calle el medio y lo hice de otra manera. Que no es el original, pero que no queda mal, tiene su encanto mi renito.




El Rudolph de la diseñadora Mary Ustyushkina 

En el cuerpo del reno también tuve un problemilla... se me nota mucho el punto inicial, que va haciendo una culebrilla en espiral. Creo que identifiqué lo que estaba haciendo mal porque luego, en las patas y en los brazos no se nota tanto, queda mucho más disimulado. 



En Youtube seguro que hay instrucciones para no cometer el mismo fallo que yo y que quede bien, pero yo, la verdad, ya lo tenía hecho y no quise deshacer y volver a empezar. 


Las manoplas me costaron un poquito, pero bueno salieron. Las vueltas de lana blanca que llevan las botas y las manoplas, yo hice trampa y le cosí una lana gorda que tengo, sin tejer. La bufanda se la hice con una lana verde que tenía por casa y la rematé con un pompón blanco que compré en el bazar.

Afri y yo terminamos haciendo el reno casi en paralelo, ahora las orejas, ahora los cuernos, cosemos al cuerpo, la bufanda 


(bueno, jaja... a día de hoy su bufanda ha pasado por tres o cuatro formatos y todavía está en las agujas...). 


Al final el suyo fue una mezcla de los dos renos, le quedó muy grandote y muy bonito.

Y el mío, mi Rudolph, está en la balda navideña sin que, y no hablo muy alto, los gatos le hayan hecho mucho caso.

viernes, 10 de diciembre de 2021

El Pakita

Hoy traigo una prenda que pensaba y repensaba que ya la había sacado. Y mirando resulta que no. Y eso que fue mi prenda estrella en el 2020. Los Reyes me trajeron la lana, justo la que yo quería para hacer el jersey Paquita Sweter, de Lucía Ruíz de Aguirre, Luymou en Instagram.

Me gustó cuando se lo vi publicado (la foto de arriba es del orginal) y buscando una lana para hacerlo (la original se me iba de presupuesto) di con la merino de Dlana.

Dlana es un proyecto muy bonito. Aquí tenéis su web. Básicamente se trata de buscar una nueva salida comercial a la lana española de merino que, en la mayor parte, termina en la basura. Porque no se paga, porque no hay canales de recogida, porque no hay canales de comercialización... Ellos trabajan con ganaderías de diferentes lugares, por ejemplo, en Val de San Lorenzo, en León y su producto tiene trazabilidad, es decir, sabes de dónde viene y por dónde ha pasado. ¡Conoces hasta a las ovejas! Han preparado una oferta de lanas para tejer variada y bastante ajustada de precio, con un lema, "Somos los que tejemos". Tienen tienda online y también tienen tienda presencial en la sierra de Madrid, en San Lorenzo del Escorial.

El caso es que miré y me decidí por los Ovillos 100% lana merino autóctona, 50 gr y 125 metros. ¿Mi opinión sobre la lana?... Mmmm, es una lana muy peculiar. Cierto que yo estoy acostumbrada a tejer con lana más acrílica, todo o en parte y esta es mi primera experiencia con lana 100% merino, más natural y se comporta de otra forma.

Primera cuestión: el color no es el que se indica. Eso lo he aprendido después, pero claro, cuando lo pedí me despistó muchísimo porque yo elegí lo que se presenta como gris y lo que me vino es un color marrón clarito, más bien beige. Esto es porque es lana sin tintar, que se obtiene un color u otro mezclando la lana de base, con el color natural de la oveja. Eso lo se ahora, entonces no lo sabía y lo que yo esperaba gris, porque así se presenta en la web, no era gris.



Segunda cuestión, olía muchísimo a oveja, pero mucho. No es un olor que me desagrade, pero era muy intenso. Y a mis gatos les volvía locos, sobretodo al rubio, que se frotaba, se refrotaba, babeaba... y se la tenía que quitar del medio o me quedaba sin ovillos!!!

Tercera y más importante cuestión: tiene su intringulis de tejer. Es un hilo a un cabo y aunque yo hice una muestra con la aguja recomendada (y me daba clavada), después de tejerla y de bloquearla y de vestirla, creo que es una lana que "crece" y que debería haberla tejido con una aguja más grande porque tras bloquearla y usarla queda un poco tieso el tejido.

Bloquearla también tiene lo suyo. En la edición de Creativa del año pasado, la última que se hizo, en el stand de Tricotoki hablé con una chica que me comentó que iban a traer esa lana a la tienda, le dije que justo la estaba tejiendo y me recomendó tener cuidado al bloquear, que el agua no estuviera caliente, claro, pero tampoco demasiado fría porque "se arrebataba".

Al tejerla me encontré con un ovillo que era muy diferente de los demás, aunque yo los había comprado juntos y se supone que eran de la misma tintada. Pero uno tenía un color diferente (se nota en la manga que tejí con él) e incluso tenía partes del hilado que eran más gruesos. 

Dar, da se sí. Compré 10 ovillos, pensando en tener ovillos de más, el famoso por si acaso. Y me ha sobrado bastante, casi tres. Espero trabajarla mejor la próxima vez.

Y yendo al patrón. El Pakita (así, con k le acabé llamando yo), es un jersey bastante simple en su construcción: es top down, es decir, de arriba a abajo, desde el cuello. 

Manga ranglan y delantero con un diseño de puntos deslizados que una vez le coges el tranquillo, es bastante fácil de hacer. El patrón no lleva videos enlazados como otros, pero yo descubrí uno sobre este tipo de puntos, que la diseñadora tiene en youtube, este. Básicamente es dejar unas hebras sueltas que luego se recogen en unas vueltas más tarde y van formando el dibujo. 

No lleva vueltas cortas para dejar el cuello más alto, Lucía no suele meterlas en sus patrones, ella mismo lo ha comentado en alguna ocasión. En este caso, al llevar el delantero con la textura en punto deslizado, ya queda más "encogido" lo que vas tejiendo y queda bien al ponerse el jersey, la verdad, no parecen necesarias.

Es un jersey bastante todoterreno, me queda muy bien de talla y es cómodo de llevar, a pesar de que pienso que por la lana escogida, debería haberle subido de aguja.

Y aunque sea con un año de retraso, aquí queda hecha esta ficha de tejido.



miércoles, 17 de noviembre de 2021

Libro de texturas

Me encuentro las fotos de algo que no había sacado por aquí y que me gustó mucho hacer, un libro de texturas para un bebé: 

Se lo hice al hijo de una amiga, me lo pidió ella, busqué en la red, pinterest y google y encontré un montón de ideas para hacer un librito con colores, tactos y sonidos que interesen a un bebé.



Fue muy entretenido buscar, pensar qué podía meterle en las diferentes hojas, qué cosas podían hacer ruido, que quedase chulo para él, que se entretuviera toqueteándolo...


La pena es que no tenía demasiada tela para niños, infantiles y creo que ha quedado un poco oscuro, con telas en gamas oscuras. Pero bueno, el objetivo se cumplió porque la madre me informó de que el chaval estaba bien entretenido con él.

Al gato también le entretenía, el cascabel le volvía majareta.

Para hacerlo busqué las telas y las fui agrupando, hice dos páginas dobles que cosí por el medio, es decir, ocho diferentes. 



La mayoría de los tejidos eran de disfraces, telas peludas, una con lentejuelas, una como de piel de felino... 

La primera es la tela de bulldogs que compré en Tricotoki hace años, una tela japonesa que era pelín cara pero que he aprovechado hasta el último centímetro (le hice una mochila a mi sobrina, forré una caja de fresas e hice una bolsita para guardar la mascarilla). La de la parte de atrás, de los gatos, es un cojín de Ikea que desarmé para hacer una bolsa de labores y un sujetamóvil).

En otra de las páginas había una tela con perritos que compré hace años y con la que en su día le hice un bolsito a mi hijo cuando era pequeño. En medio le metí un plástico de una bolsa de estos que hacen muchísimo ruido al estrujarlos.

En el medio del libro le puse una tira con un cascabel dentro, pero, ejem, ejem, fue motivo de risas varias porque la forma quedó, digamos, un poco fálica. Para los mayores, que el peque no se enteraba de nada.

Está cosido así un poco a lo basto porque quise darle ese aspecto, rústico, con los zig zag que se veían a simple vista, sin ocultar los cosidos. Así fue también más rápido hacerlo, en un par de tardes estaba listo (yo soy de las que cosen a ritmo de tortuga).

Es una idea bonita para regalar y se puede hacer de muchas formas, hay muchísimas ideas en la red. Hay que buscar por libro de texturas o quiet book y hay un montón de ideas y tutoriales.

sábado, 16 de octubre de 2021

Todo al rosa

Siempre digo que me gusta mucho tejer para bebés. En esta ocasión he querido hacer una chaquetita sencilla, con un caladito, inspirada, no lo voy a negar a alguna que he visto en Instagram. 


He usado una mezcla de dos chaquetas, una llamada Verde Cardigan, de Claudia Q. para Eweknit Toronto, que me sirvió para coger el número de puntos y la forma básica. El calado es el de la Old Shale Cardigan, de Anne B. Hanssen, puesto del revés. Cualquiera de las dos chaquetas son una monada por si mismas


La chaqueta se hace de arriba a abajo, la botonera se la tejí a la vez, en punto bobo y le hice un elástico abajo y en las mangas, terminado con remate tubular.



Está tejida con lana Woolly de Dmc, 100% merino superwash en color rosa (referencia 488). Usé dos madejas y un poquito, para terminar una manga en la chaqueta., 116 gr. 

En los laterales le hice unos aumentos, para que quedase un poquito más ancha en el cuerpo, ya que los bebés son muy triponcitos.



Le puse cinco botones de madera comprados en mi mercería habitual, Tere. 




Botones que no sé que tienen que vuelven locos a mis gatos. Me mordieron la chaqueta en dos ocasiones, enuna me sacaron un punto y la otra le pegaron un buen tarisco a los botones de arriba y tuve que cambiarlos.




Para acompañarla, he hecho un gorrito tipo pixie, que son cuadrados con un piquito hacía arriba, como de gnomo. Había varios que me gustaban, esta de Hilos, lanas y botones o esta de Agasalhos e Bugalhos, una chica de Oporto que tiene cosas monísimas para bebés y niños. 



Pero al final opté por la de Creativa Atelier, cambiando el tipo de punto (Punto jersey derecho por punto jersey revés). El patrón para la talla más pequeña está gratuito en su blog, aquí, y se puede comprar el patrón por poco dinero en su web para las tallas más grandes.



El conjunto ha quedado muy apañado y mono, modestia aparte. Me gusta mucho, ¡espero que a su receptora también!! 🧚