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miércoles, 27 de marzo de 2019

Falda "ajustada"

El otro día terminé una de esas costuras que empecé con muchas ganas pero se quedó en el cesto de los postergados porque siempre hay otras prendas que terminar o que arreglar antes que ella. Y mira que no tenía mucho: un corte evasé y una cinturilla ancha.




Es un modelo de la revista Patrones, falda Trovels (que por lo visto es una marca de ropa), del nº 356.

 

Pero se me atravesaron unas cuantas cosas: de tela iba justita (la quería hacer al bies para que los cuadros fueran en plan rombo). 




La talla era nada menos que la 50 (justo me gustó la de la sección de tallas grandes) y me hacía bastante tripa cuando me la probé. No conseguí cuadrar cuadros ni por casualidad...


Parte trasera de la falda, con  pinzas.

Parte interior, con el forro.
El último punto es el que tiene que ver con el título que le he puesto a la entrada, porque cuando por fin corté e hilvané los lados y la cintura, vi que me hacía mucha barriga, más de la que ya me ha dotado la naturaleza. Así que decidí hacerle un ajuste: le bajé la línea de costura de la falda con la pieza de la cintura, algo así. 




Y resultó. Seguramente habrá otra forma más ortodoxa en costura de disimular la tripa, pero ese cambio, bajar la línea casi 4 cm en su parte media, ha hecho que ajuste mejor a mi cuerpo y me disimula más la mollita tripera.


No he encontrado mucha cosa en la red sobre como ajustar este tipo de cosas. Solo una entrada de Maria Danmark para ajustar el patrón en una falda tubo. Aquí el enlace.

Como hoy es miércoles y es una costura egoísto, enlazo un día más con el Mimi de Malas Costureras.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Chamarra forrada

A finales del año pasado me saltó un anuncio en el Face de unas chamarras muy coloridas que en la imagen no tenía mala pinta. 



Eran de una web china, no suelo comprar en Aliespres y similares, pero esta vez, me dio al ojo y piqué. Mal hecho. Cuando llegó, tras dar media vuelta al mundo, poco tenía que ver con la de la imagen. La tela exterior no era fea, pero el forro era casi inexistente, parecía el de un peluche arrastrado por un trailer y no cumplía ni la parte estética ni la práctica, no abrigaba en absoluto. Así que, lección aprendida, no vuelvo a comprar algo de ese modo y trabajo pendiente: hacerle un forro.




Miré en las tiendas que tengo cerca pero o no había nada que me diera al ojo o lo que encontraba era demasiado caro. Al final, encontré una tela que me gustó, un jersey acolchado, haciendo cuadraditos y con cierto acolchado. Lo cogí en Slow Taller, muy atenta Irene, su responsble y muy contenta con el servicio, por cierto. 



En mis clases de costura y con la ayuda de mi profesora, hicimos un patrón y cortamos la tela, afianzando todas las costuras con un pespunte de refuerzo que además le da un toquecillo. Ajustar y coser a mano todo alrededor, sobre la tela de la chamarra tapando todo el forro y los remates originales. 






El resultado me gusta mucho estéticamente y prácticamente, porque ahora es muy calentita y gustosa de llevar. Entuerto resuelto y lección aprendida, ¡no comprar ropa china fiándome de una foto!



Una costura para Mi, que un miercóles más presento en el Mimi de Malas Costureras.

Además, es la primera tela que tacho del 12 meses, 12 telas.


lunes, 18 de marzo de 2019

Manta de cuadritos

Una de las labores más agradecidas en ganchillo es hacer mantas. Yo he hecho unas cuantas, es una forma estupenda de aprovechar lanas que van quedando y, como en este caso, de probar nuevos puntos, estilos, combinaciones de colores...


Esta es una manta que hice ya hace algún tiempo y que me sirvió para regalar a una persona a la que quería dar las gracias por su ayuda. Es una prenda que lleva muuucho trabajo, pero es de esas labores que según van creciendo te vas animando más con ella, queda tan colorida, tan alegre...



Los cuadros o grannies a veces eran los mismos pero cambiando los colores, en otros tejí puntos nuevos, hice combinaciones diferentes... Y al final todo quedó unido por una lana verde que combinaba los colores e hizo de unión.



La manta le gustó mucho a su destinataria, por cierto.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Abrigo Chloë

Me gustan los abrigos ligeros, no muy pesados, para esos días de entretiempo que cada vez escasean más (poco primavera, poco otoño, cosas del cambio climático...), así que cuando vi en el blog de Coser Cosas que regalaban el patrón del abrigo Chloë decidí descargarlo y hacerlo. Inmediatamente lo visualicé en una de las telas de mi maleta, una tela de abrigo pero no gorda, con jaspeado crudo, marrón y negro comprada en el mercadillo de Portugalete. Mi profesora de costura le puso nombre a la tela, por cierto, es un cheviot. 

Así que me lo llevé a las clases y allí lo he hecho.



Como forro he utilizado otra de las telas del montón, una tela preciosa de algodón, tipo patchwork, que compré en la feria Creativa Bilbao hace unos tres o cuatro años. Como no me llegaba para todo y por aquello de sacar y meter brazos vestidos con jerseys en este tiempo, en las mangas le puse forro normal.


Es un abrigo bastante fácil de hacer, pero tiene detallitos de esos en los que hay que entretenerse: sus vistas con su cosido al borde para que queden bien asentadas, su mangas ranglan que también llevan su cosido para asentar costura, uno a lo largo de toda la manga, desde el hombro hasta la muñeca y luego un cosido parcial, terminado en pico, en la costura de la manga y el cuerpo.






Me hice la talla 42, suelo andar entre esa y la 44 dependiendo de prenda y origen del patrón. Mi intención era que se solapase una parte y otra y ponerle corchetes, como había visto en algunas versiones, pero la verdad que cortando el patrón tal cual venía, no nos dio oportunidad de hacerlo y ya estaba armado cuando nos dimos cuenta. Así que es abierto, sin cierre.




También le recorté el largo, porque lo quería más cortito.

En la costura del cuerpo lleva unos bolsillos. Se los hice como indicaba, pero no son mis bolsillos preferidos, me obligan a llevar el brazo hacía atrás en un gesto que no me es cómodo del todo y si metes las dos manos, se te marca el culo muchísimo. Me gustan los bolsillos un pelín más adelantados.

Como corté el abrigo, también tuve que cortar los bolsillos, que son bastante grandes. Los enganché con unas puntadas al bajo para que no se muevan.


Pequeños cambios para un abrigo ligerito que se lleva muy bien, viste y es cómodo.

Las telas, como digo, estaban en mi remesa de telas y de hecho, las había puesto en el reto de 12 meses, 12 telas de 2018, ese que no he conseguido terminar. Pero bueno, estas son dos más que utilicé.


Con este abrigo Chloë (¡¡qué difícil es escribirlo correctamente!!), participo esta semana en el Mimi de Malas Costureras.