Era un tejido bastante liviano pero sin gran caída, con un estampado grandecito... Me gustó cuando lo vi y sin saber muy bien qué hacer con la tela. Hasta que se me encendió la bombilla y me dije... ¿y si hago un kimono?
Me puse manos a la obra, un kimono no tiene un patrón demasiado complejo, pero quería tener una cierta idea de cómo trazarlo. Me miré varios vídeos, sobretodo, este de costura del Lidl y este otro de Oh, mother mine! y me hice mi propio patrón entre uno y otro, limitada, sobretodo, por la escasez de tela.
Le hice un pequeño dobladillo y probé a coser con una puntada decorativa en color azul, que se viera bien.
Una de las características del kimono, no imprescindible, pero sí frecuente, es llevar flecos, tanto en el bajo como en la manga. A mi en el brazo no me convencía pero en el bajo sí quería fleco. Busqué, no encontré demasiado y al final terminé cogiendo uno que, casualidad, es igual que el de la chaqueta tipo Chanel que ya presenté hace unas semanas (normal, lo acabé comprando en el mismo sitio, en la mercería Aguja y dedal). Allí le corté la parte superior porque no me parecía que pegara, aquí lo dejé tal cual.
Y ya. Una de las piezas más rápidas que he cosido. Un kimono no tiene gran complejidad y lo que más cuidado debe llevar es hacer las terminaciones limpias.
Olvidé hacer una fotografía "posando" así que ahí va el resultado en una foto familiar durante las fiestas del pueblo, en Ayoó.